Muchos hablan de la milagrosa dieta alcalina que permite perder peso y sanar las enfermedades. Y aunque comer frutas y verduras, en proporción adecuada, es saludable, la dieta alcalina solo beneficia a los que venden libros promocionándola.
Todos los alimentos que ingerimos son descompuestos por nuestros jugos gástricos, los cuales están formados fundamentalmente por ácido clorhídrico, que tiene pH = 1. También los nutrientes, tras su catabolismo, llegan a los mismos productos finales sin importar su origen.
Solo un fluido corporal cambia su pH de forma drástica: la orina, ya que por ella se eliminan los excesos de ácidos y bases para mantener constante el pH de los tejidos y células.
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